Duitama

Como conmemoración del DÍA INTERNACIONAL DEL IDIOMA, Duitama se hace presente con la lectura y análisis de la obra Colombiana  "¿Donde esta la Franja Amarilla?" escrita por nuestro ensayista, novelista y poeta Colombiano William Ospina.


Para leer en linea su obra de click en "¿Donde esta la Franja Amarilla?" 


                                           Conoce un poco más de su autor:

Hijo de Luis Ospina e Ismenia Buitrago, nació en Padua, Tolima, Colombia, el 2 de marzo de 1954. Hermano de Jorge Luis Ospina, Ludivia Ospina, Nubia Ospina, Patricia Ospina y Juan Carlos Ospina. Terminó el bachillerato en el Colegio San José de Fresno e ingresó a la facultad de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Santiago de Cali, pero se retiró en 1975. Se dedicó al periodismo y la literatura; también trabajó en publicidad. Heredó una gran voz de su padre, quien canta canciones del folklor colombiano.

Vivió en Europa con su hermano Jorge Luis entre 1979 a 1981, y viajó por Alemania, Bélgica, Italia, Grecia y España. Regresó a Colombia en 1981 y se radicó en Bogotá.
En 1982 ganó el Premio Nacional de Ensayo de la Universidad de Nariño, Pasto, con el ensayo Aurelio Arturo, la palabra del hombre. En 1986 publicó su primer poemario: Hilo de Arena.
Fue redactor en la edición dominical de diario La Prensa de Bogotá de 1988 a 1989. Escribió ensayos sobre Lord Byron, Edgar Allan Poe, León Tolstói, Charles Dickens, Emily Dickinson, Las mil y una noches, Alfonso Reyes, Estanislao Zuleta, literatura árabe y las brujas de Macbeth.
En 1992 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura.
El 13 de julio de 1993 fundó -junto a 10 profesionales de distintas áreas- la prestigiosa Revista Número, publicación colombiana de circulación trimestral cuyo propósito es la promoción de la cultura.

En el año 2005 publicó su primera novela (Ursúa),1 en la que aborda la historia de Pedro de Ursúa, conquistador español fundador de la ciudad colombiana de Pamplona. Un verdadero testimonio dramático de la colonización.
William Ospina está considerado como uno de los poetas y ensayistas más destacados de las últimas generaciones y sus obras son mapas eruditos de sus amores literarios, acompañados de declaraciones ideológicas sobre la historia y el mundo moderno.
Además, es activo militante del Polo Democrático Alternativo, colaborador del órgano oficial de dicho partido, el Periódico POLO. Actualmente escribe una columna semanal en el diarioEl Espectador.

Ganó con su novela El país de la canela el Premio Rómulo Gallegos, galardón que otorga Venezuela desde 1967. Lo recibió en Caracas, el domingo 2 de agosto de 2009.
Con esta segunda novela continúa con la trilogía sobre los viajes al Amazonas durante el siglo XVI. Luego vendrá la tercera titulada como La serpiente sin ojos, la cual estará lista para el año 2011.

Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/William_Ospina

Análisis de la obra "¿Dónde está la Franja Amarilla?

9 comentarios:

  1. William Ospina expone ideas que tratan de explicar por qué y cómo Colombia, se ha constituido históricamente en un país “mezquino, inauténtico, antipopular”, corrupto, excluyente violento e ineficiente. Su premisa inicial es que tal situación no obedece a una causa biológica (no somos violentos y corruptos por naturaleza; no llevamos inscritos estos caracteres en nuestros códigos genéticos), sino que es el resultado de una dinámica social que ha ido configurando la cultura política de nuestro país.

    El Estado Colombiano se constituye a partir de dos falacias: una el de la independencia de la colonia; dos: la idea de que nuestra “república se funda en las ideas de la Revolución Francesa. El primer postulado es falso en cuanto, a pesar de que jurídicamente somos una república independiente, en las decisiones y prácticas políticas, económicas y culturales no lo somos; son otros estados y otros organismos internacionales, los que definen nuestras políticas y en nuestros idearios persiste el anhelo de ser como los otros y lograr (al costo que sea) los sueños de los otros. Según Dussel, como producto de la opresión ejercida por una mismidad totalizada, no sólo terminamos avergonzándonos y negando lo que somos, sino también, amando la bota que nos pisa.

    La segunda falacia consiste en que asumimos como nuestros conceptos extraños, sin estar preparados para entenderlos y vivirlos. No comprendemos el concepto de República (como cosa nuestra, como soberanía y responsabilidad popular); por ello, a pesar de los simulacros de democracia electoral, el país sigue siendo una especie de monarquía donde el poder se rota y transfiere entre una clase oligarca que, además de ser excluyente, no siente vinculación moral y afectiva con sus coterráneos a quienes asume como siervos, es indecente al manejar lo público como propiedad privada y es incapaz - por su falta de sentido de pertenencia- de dinamizar o articularse a la construcción colectiva de un proyecto de país.

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  2. Gracias por tener en cuenta a este autor autor con tan interesante obra.

    Leyendo una narración histórica, como es el hilo de Ospina, en sus páginas se dibuja un pueblo que sueña, a donde llegan por un sueño inducido en un letargo de desesperanza, con sueños orientados por los medios que construyen una opinión pública de colores, de los colores que los dueños de estos medios quieren.

    Por lo anterior, y de acuerdo al color del medio o de la tendencia del mismo, se entrega a los niños y a los jóvenes modelos de actuar que de forma fácil les llevan a lograr un estatus con poder, pero que en ese camino implica para niños y jóvenes romper con valores y que al hacerlo se les llevan al caos del dinero fácil y del derroche y que al final muchos de ellos perecen o se ahogan en cáceles nacionales o internacionales.

    Lo lamentable, es que a pesar de conocer estos efectos, siguen buscando como ingresar a negros negocios, porque no ven otra salida de la miseria en que viven. Lo anterior como efecto de la desesperanza aprendida de padres y abuelos que ya no creen en la clase política que es la que debería estar haciendo algo por el desarrollo social y económico de un país con gran riqueza en recursos pero de unos recursos que están en manos de unos pocos.

    Puede ser que la inspiración de Ospina haya llegado de los medios y de sus múltiples y coloridas franjas, pero también ese conocimiento contrasta con que se enrola en un partido político que como los demás, tiene rabo de paja.

    Pero, si es bueno el libro.

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  3. Gracias por la invitación a festejar este día se esta forma tan lúdica.
    Felicitaciones por tan grandiosa idea que nos da la oportunidad de leer y comentar el ensayo de este autor colombiano.

    En realidad no he leí el ensayo “La franja amarilla”, y cuando leí el título me imaginé un programa de televisión, y leo un poco y entiendo que trata de aspectos de la realidad social de Colombia relacionando los medios de comunicación.

    Entonces, como no he leído, pero me propongo hacerlo (espero para el 23 haberlo hecho), comento la estrategia que para la participación se ha puesto en este espacio. Interesante, didáctica y lúdica. Muy sencilla la forma ce participar pero sobre todo, que buena idea para estimular la lectura, hablando del autor y entregando el ensayo en línea.

    Invito a que quienes ya leyeron nos compartan sus opiniones y a quienes no lo han hecho aún, para que lo leamos y luego comentemos en este mismo blog.
    Un abrazo para todos.

    María Bernal
    Nota: comparto estas frases alusivas al idioma
    El pecho está lleno de muchas cosas para decirte. Hay momentos en que me parece que el idioma no es nada. (Beethoven)

    No existe idioma que no pueda ser mal interpretado. Cada interpretación es hipotética, ya que es un simple intento de leer un texto desconocido. (Jung)

    Cada idioma en un modo distinto de ver las cosas. (Fellini)

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  4. Hola a todos.
    Me gusta la idea de celebrar el día del idioma leyendo y opinando.
    Mientras me voy a leer "La franja amarilla" los dejo con este Poema de Karigüe

    El lenguaje como vientre

    Hablas, dices
    y hasta te comprenden
    y por qué no, te responden

    es una matriz, no hay duda
    en donde habitamos como
    alma, como espíritu

    dices: palabra

    y es como si de ella se
    desprendiera una ola
    que al chocar con sus
    límites, se convierte
    en bruma, niebla
    atmósfera

    ahora el lenguaje como
    vientre tiene su atmósfera
    en donde respiras

    ¡el mundo!

    Karigüe

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  5. Viva nuestro Idiomaaaa
    Este es el poema a
    NUESTRO IDIOMA...

    Hallo más dulce el habla castellana
    que la quietud de la nativa aldea,
    más deleitosa que la miel hiblea,
    más flexible que espada toledana.

    Quiérela el corazón como a una hermana
    desde que en el hogar se balbucea
    porque está vinculada con la idea,
    como la luz del sol con la mañana.

    De la música tiene la armonía,
    de la irascible tempestad el grito,
    del mar el eco y el fulgor del día;
    la hermosa consistencia del granito;
    de los claustros, la sacra poesía
    y la basta amplitud del infinito

    Fuente: Editorial Toribio Anyarin Injante

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  6. Cordial saludo para todos(as).
    Con relación a la obra de William Ospina,que aquí se comparte sobre "¿Y dónde está la franja amarilla?",permítanme decir que es una obra lúcida y cuestionadora, que todo colombiano(a) debería leer, pues aquí el autor nos comparte la opinión qué el mismo tiene acerca de la situación que el país viene atravesando desde la época de la reconquista hasta nuestros días. Hace un inquietante análisis de cómo los gobernantes y las personas con la capacidad económica y social de Colombia, no han hecho nada por intervenir en el progreso positivo de nuestra sociedad y en muchos casos han ocasionado que la situación del país se agrave cada día más,postrada en lo que podemos ver es una enorme situación de intolerancia y desasosiego para con nosotros mismos y nuestro país.
    Inicialmente la obra se llamo: “Colombia, el Proyecto Nacional y la franja amarilla” y más tarde paso a ser “¿Dónde esta la franja amarilla?”.Personalmente considero que es una obra de "obligada lectura", que nos deja grandes interrogantes y nos "nutre" para ampliar nuestras propias consideraciones al analizar la historia de Colombia con todas sus vicisitudes y sus posibles proyecciones en el concierto mundial de las naciones del mundo.
    Ahora bien,hay una obra del mismo autor, que a nosotros como educadores(as) nos sería también de obligada lectura por la mirada valiente y aguda que proviene de él,un autor que se nos presenta desde un campo diferente al de la educación misma, es su discurso pronunciado durante la ceremonia de apertura del “Congreso Iberoamericano de Educación Metas 2021” realizado en Buenos Aires, Argentina, en septiembre de 2010. Les invito a su lectura, que sin duda nos deja también saludables interrogantes, como el mismo ensayo que aquí se ha dejado para análisis.
    Este discurso lo podrán leer en el siguiente enlace:

    http://www.metas2021.org/congreso/ospina.htm

    Realmente, es un verdadero deleite contar en nuestro país con escritores de la enorme talla de William Ospina y para quienes admiramos toda su obra, solamente desearle larga vida, porque personas como él,de pensamiento profundo y actual, son la que Colombia necesita para ayudarnos a pensar en esta patria tan agobiada, pero también tan llena de esperanza siempre...
    Fraternalmente,
    María del Socorro Gómez E.

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  7. No se si es extraño o gracioso ver que apesar de que el ensayo de William Ospina ¿DONDE ESTA LA FRANJA AMARILLA? fue escrito hace unos 10 años sigue siendo una situacion clara y real del pais.

    En Colombia existen problemas que aun terminándose los conflictos con los grupos al margen de la ley continuarían, entre estos tenemos: La doble moral,la corrupción ,la mentira, el gran abismo existente entre ricos y pobres, sociedad racista, Una clase dirigente en conspiración con los ricos: arrogantes, egoístas y opresores, Discriminación étnica y social, exclusión a la cual están sometidas algunas regiones por la clase dirigente nacional en su mayoría del interior del país.

    Los verdaderos problemas del país no son tan materiales: Desempleo, desplazamiento, violencia, terrorismo, delincuencia. Estos son el reflejo de lo que hay en el fondo, Estos son la punta del ICEBERG de un problema eminentemente arraigado en la mentalidad de los individuos.

    Nuestros verdaderos problemas están en la mentalidad, de allí que las reglas, las leyes, los condicionamientos no han podido cambiar el perverso proceder. Con las herramientas antes mencionadas se logrará tal vez, el sometimiento temporal del individuo, pero no su consentimiento y voluntad para confiar en que él propenderá por el bien y por una Colombia en paz; de donde se reproduce cada vez que tiene la oportunidad, germina en el suelo fértil de la impunidad, la complicidad, y crece con los nutrientes que le proporciona la conspiración, la intolerancia y el egoísmo.
    De manera potencial esta sociedad es inclinadamente tendenciosa a la perversidad. No es sino que se haga la ley, para prohibir o controlar algo, cuando ya se crea la trampa; Hemos desarrollado toda una industria de la farsa y la hipocresía, somos expertos en burlar la ley sin violarla, pero en escandalizarnos cuando lo hacen los demás y descubrir que los demás si la violan. Como dice el refran tiramos la piedra y escondemos la mano.

    Mientras no cambiemos nuestra mentalidad, replanteemos los valores y respetemos los derechos del ser humano nuestros hogares todo lo que tratemos de hacer sera en vano...y no tendremos un punto de partida para lograr si quiera convivir con la diferencia y respetando la opinion de otros..

    quiero terminar con esta frase:

    "La corrupción es el impuesto de los pobres".

    (Noemí Sanín)

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  8. Más allá de la cruda realidad que nos presenta Ospina en relación con las falacias sobre las que se ha fundado y desarrollado el Estado Colombiano, y de las indignidades presentes no sólo en la clase política, sino también en el conjunto de los ciudadanos, quisiera resaltar dos grandes ideas que me quedan al final de la lectura, como un desafío inspirador de futuro:

    La primera, en tanto la historia no ha llegado a su fin, no se puede aceptar que estamos condenados a seguir siendo lo que hemos venido siendo hasta ahora. Es posible que la historia de Colombia sea acompañada por ciudadanos organizados y comprometidos en dar un giro que, basado en el reconocimiento de la otredad y la alteridad, pueda hacer de nuestro país un escenario social favorable a la convivencia pacífica, la participación democrática, la productividad sostenible y la justicia social.

    La segunda, el hecho de que aún, a pesar de esa realidad colombiana, existe una población consciente de la necesidad de civilizar la ciudadanía (jurídica, política, social, económica, civil y pluricultural) y democratizar la democracia (directa, representativa, participativa y radical) en pro no sólo de un mejor país, sino también de un mejor planeta. En esa población está la esperanza de que Colombia haga valer su doble franja amarilla, enarbolando no sólo la riqueza de su biodiversidad, sino ante todo, la riqueza moral de sus ciudadanos capaces de aprovechar las fisuras del muro para resurjan nuevas posibilidades para la vida digna en nuestro país.

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